Un puñadito de alegría con los niños de Huaycan

En el marco de las actividades de acción social de la familia CIAP, los integrantes de cada una de las empresas sociales de CIAP como Intercrafts, Pachamama y COOPAC, el 21 de diciembre del presente año llevamos a cabo un compartir con los niños y niñas de la Institución Educativa Nº 1289 de Huaycan, ubicado en el extremo este del distrito de Ate Vitarte, provincia de Lima.

Para cumplir con nuestro objetivo, bien temprano nos reunimos  en  Santa Anita, y luego nos trasladamos hasta el lugar, al llegar nos topamos con una densa neblina que cubría el lugar y anduvimos casi perdidos preguntando cómo  llegar, porque no conocíamos bien el lugar; hasta que subiendo hacia cerrito escuchamos unas voces de niños que nos gritaban aquí!, aquí!, así llegamos a la escuela para dar inicio con la chocolatada que habíamos planeado anticipadamente.  Nos repartimos por secciones para entregar los regalos y todo lo que habíamos llevado para los niños, en realidad  fueron momentos muy agradables que pasamos con ellos, ver reflejados en sus ojos la alegría, la dicha y las ganas de vivir en  paz y amor, presumí que lo expresaban así su regocijo participando bajo la animación de Lucerito y Corbatita, pienso que no solo se puede compartir unos momentos si tenemos los 365 días para estar siempre al lado de los que más nos necesitan, quizás para nosotros fue un puñadito de alegría que compartimos con ellos, para ellos podría ser un recuerdo inolvidable.

Mientras estábamos en el patio de la escuela, recordábamos  que hace seis años CIAP puso un  granito de arena en esta escuela, construyendo 02 aulas con el apoyo de Sicuritas de España, mis compañeros se preguntaban cuáles eran esas aulas, hoy en dichas aulas estudian niños de 3 a 5 años, niños de educación inicial.

Han cambiado muchas cosas en esta institución, hay mejoras en cuanto a la infraestructura, pero sigue siendo un lugar precario mientras algunos niños siguen estudiando en aulas prefabricadas de madera, como es el del sexto grado, donde además me causó mucha tristeza ver a dos niños sentados escribiendo haciendo de  mesa sus rodillas, yo me preguntaba si todo el año fuera Navidad, para estar siempre presentes en esta alegría, paz, esperanza, solidaridad y desarrollo; entonces no solo sería un  puñadito de alegría.

Nuestro agradecimiento a la señora Carmen Hurtado, directora de la Institución Educativa, que amablemente nos recibió y permitió la realización de esta actividad y a todos los compañeros de la Familia CIAP que llevaron estos momentos de alegría a los niños de Huaycan.

Un puñadito de alegría con los niños de Huaycan

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